PABLO CAÑO
El Madrid no consiguió romper la maldición de Gerland, pero anduvo cerca. Los postes, un par de contraataques mal conducidos y sobre todo, el pésimo arbitraje del alemán Wolfgang Stark, evitaron que el equipo de Mourinho lograra la victoria en territorio francés. Mourinho se quejó de ello en la rueda de prensa posterior al partido: “La jugada se produjo a cinco metros del árbitro y del auxiliar. Cuatro ojos no fueron capaces de ver lo que vimos todos”, dijo enfadado el técnico portugués. La acción recordó al penalti que Pérez Lasa se tragó en Almería. Y es que el tema del “villarato” se extiende ya desde hace algunos años a la competición europea.
Sin ir más lejos, está misma temporada, un horrendo arbitraje del laureado Howard Webb privó al Madrid de ganar a otra de sus bestias negras en la Champions, el Milán. El árbitro inglés, bien recordado por los hinchas españoles tras su lamentable actuación en la final del Mundial, concedió a Inzaghi un gol en clarísimo fuera de juego, además de perdonar la expulsión a Gatusso en reiteradas ocasiones. Sin embargo, en aquella ocasión Mourinho prefirió no hablar mal del colegiado, sabedor seguramente de que si el equipo llega lejos en la competición, muy probablemente deberá sufrir de nuevo los dictámenes del inglés.
Howard Webb CC/ Wikipedia |
El Madrid ve con impotencia como “otros” equipos sí se han visto muy favorecidos con las decisiones arbitrales en los últimos años. Que Ángel María Villar fuese elegido presidente de la comisión de árbitros de la UEFA en el año 2007 y que en 2009 viéramos como un colegiado no pitaba seis penaltis en un partido (probablemente el peor arbitraje de la historia), puede ser casualidad, pero las casualidades en el fútbol, como en vida, para el que se las crea.