Volvió el Atlético. Cuando menos se esperaba, regresó al Manzanares la mejor versión de un conjunto que no ha parado de dar bandazos durante todo el curso. Además, fue ante un rival de entidad, ni más ni menos que un Villarreal, para muchos revelación de la temporada y que salió escaldado del Calderón.
Un tempranero gol de José Antonio Reyes comenzó a dar forma un triunfo poco inesperado, no porque el Atlético no tenga armas para derrotar al 'submarino amarillo', sino por la forma en la que se produjo la victoria. A pesar de que Rossi igualara el encuentro antes de enfilar el túnel de vestuarios, los locales amarraron los tres puntos tras la reanudación.
Sendos tantos de Agüero y Forlán, que vio puerta después de todo lo que se había escrito durante la semana sobre él, en la segunda parte acabaron por dar un triunfo que refuerza la moral del cuadro madrileño, que con esta actitud no debería renunciar a nada.
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