lunes, 21 de marzo de 2011

Y van 21...

PABLO CAÑO
Y ya son 21 derbis sin perder. Como si de una maldición se tratara, el Atlético de Madrid volvió a perder el sábado contra su eterno enemigo. El Calderón, estadio al que algunos madridistas denominan ya ‘Santiago Bernabéu II’, se ha convertido en un estadio amigo para el conjunto blanco. Esta temporada el Real Madrid ha ganado los cuatro derbis que ha disputado contra el Atlético, cuya temporada, pase lo que pase de aquí al final, no superará la categoría de mediocre.

El Atlético debe preguntarse qué hace mal, por qué no puede ganar nunca a su más acérrimo rival. Es evidente que para los rojiblancos el derbi es el partido más importante de la temporada, el partido en el que más ganas ponen, el partido del que más se habla durante la semana, y en definitiva, este es para ellos el partido del año. Pero sin embargo, unas veces por culpa de Casillas, otras por culpa de Ronaldo (el original), otras por un fallo de Perea y otras por salir al campo cinco minutos tarde, el Atlético no consigue ganar al Madrid. Y no sólo eso, en los últimos años los puntos que el Madrid ha conseguido en El Calderón han sido en ocasiones fundamentales para ganar el título de liga. Así sucedió por ejemplo en la temporada 2002/03 cuando una goleada del Madrid (0-4) en la penúltima jornada, sirvió a los de Del Bosque para situarse al frente de la clasificación y conseguir el que a la postre sería su 29º título de liga. 

Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Ozil  CC/ http://actualidadrealmadrid.blogspot.com/


La afición rojiblanca debería preguntarse si todo el odio y fanatismo que desprenden contra el Madrid no acaba resultando perjudicial para su equipo, que suele mostrarse demasiado nervioso y revolucionado en estos partidos. Toda la energía que gastan en insultar a Mourinho, Cristiano, Pepe o Marcelo, deberían emplearla mejor en apoyar a los suyos. Tal vez cuando eso se produzca y ganar este partido deje de salvar una temporada, el Atlético podrá replantearse ganar al Madrid y ser grande de nuevo.

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